Bajo el lema “Las cooperativas construyen un futuro mejor para todas las personas”, se celebra este sábado seis de julio el Día Internacional de las Cooperativas. En ese marco, desde Fundación COLSECOR iniciamos el ciclo de reflexiones “Hacer Cooperativismo”.
Consideramos que el cooperativismo puede modificar las realidades a través del intercambio de ideas, el compromiso, el consenso y la acción. Sobre estos temas reflexionó Horacio Silva, integrante del Consejo de Administración de la Fundación COLSECOR.
Sobre esos conceptos, Silva aseguró que “para generar las acciones necesarias para el desarrollo comunitario, siempre el punto de partida debe ser las instancias de diálogo donde se crea el ámbito propicio para el intercambio de ideas y la generación de respuestas efectivas a distintas necesidades. Para transformar la realidad, es relevante debatir y consensuar. No hay progreso sin convivencia. No hay plan sin intercambio de ideas. Para generar acciones de incidencia territorial es necesaria la construcción colaborativa”
Al referirse a la relevancia de este tipo de conversaciones desde el ámbito cooperativo, sostuvo que “siempre es importante propiciar la apertura del diálogo en nuestras instituciones, la innovación que posibilite la creación de agendas temáticas entre los diferentes actores de una comunidad, más aún en estos tiempos, donde es tan importante la mirada colectiva por sobre el individualismo, el valor de la unión y la conformación de alianzas como buenas prácticas para encontrar soluciones entre todos. En estos procesos, adquieren aún mayor relevancia las entidades cooperativas como líderes de estos espacios que crean el ámbito propicio para el desarrollo local y la sostenibilidad de las comunidades”.
Indicó además que “en la Argentina tierra adentro coinciden diferentes expresiones del cooperativismo. Están las de servicios públicos, que fueron incorporando prestaciones a la medida de las necesidades de sus asociados hasta convertirse en proveedores de servicios con fuerte base tecnológica. Están las agropecuarias en sus distintas expresiones, según la impronta productiva de cada una de las regiones, ya sea producción de granos, carnes o producciones regionales de fuerte impacto territorial, como la vitivinicultura, las hay también de cuidados que satisfacen necesidades vinculadas a la salud, muchos son los casos de cooperativas de trabajo que recuperaron fábricas importantes para las comunidades”.
Silva profundizó en ese tema, al asegurar que “cuando confluyen todas estas expresiones del cooperativismo en una misma comunidad y se entablan diálogos institucionales, tal como ocurre en muchos pueblos y ciudades del interior, se construyen verdaderos entramados comunitarios que proporcionan una impronta distintiva a cada uno de esos pueblos y les aportan un perfil altamente relacionado con la productividad, pero, además, con el diferencial del aporte de los valores cooperativos de solidaridad, honestidad, responsabilidad social y preocupación por los demás. Así se construyen sociedades que crecen productivamente con todos los actores sociales dentro. Los diálogos institucionales proponen una mirada colectiva de todos los actores para generar el encuentro y la agenda de temas vitales para la Argentina Federal”.
